2007, mi primer año de secundaria..
Acababa de cumplir 13 años, la adolescencia me acechaba!!! Quería disfrutar mi vida al máximo! Mi cuerpo cambiaba, mis pensamientos cambiaban y hasta mi hambre cambiaba..
Si.. Me daba hambre a cada rato y no hambre de frutas y verduras, sino hambre de cosas grasosas y llenas de calorías pero y que?? Eso no me importaba. Desgraciadamente o afortunadamente, mi familia por parte de mi madre se fija mucho en el peso, todos se cuidan y su idea que tienen es que "si una persona quiere ser feliz, tiene que ser delgada" por lo tanto ahí es donde iniciaban todas esas críticas..
"DEJA DE COMER", "NO COMAS ESO", "MIRA COMO ESTÁS", "QUE NO TE QUIERES?", "MÍRALA A ELLA, ELLA SI SE CUIDA"...
Iniciaban apodos...
"GORDA", "CERDA", "PUERCA", "BOLA", "MARRANA"... Ana...
Llegaron a mi vida dos grandes amigas, Ana, que me decía que cosas podía comer y cual era la cantidad adecuada y Mía, quien me susurraba al oído que tenía que desecharla de mi cuerpo.
Pasaron 2 meses y comencé a bajar de peso, comenzaron los alhagos pero yo cada vez me sentía peor, no tenía fuerzas y siempre tenía sueño. Dure 3 meses en ayuno y solo ingería cosas que no pasara de 300 calorías al día y tomaba de 2.5 a 3.5 litros de agua, hasta que un día, me encontraba haciendo ejercicio, brincando y bailando y de pronto caí.
Desperté y me di cuenta que me había desmayado por media hora, yo estaba sola y gracias al destino caí sobre el sofá.. Desperté llorando y ya no quería tener esa vida, de nuevo comencé a comer, Ana y Mia se esfumaron.
